Guatemala, 6 de agosto de 2025. – Un perro geriátrico no es simplemente un “perrito
viejito”. Es un compañero que ha llegado a una etapa especial, donde el amor y los
cuidados deben ser aún más constantes. Según expertos, esta etapa no empieza a la
misma edad para todos, los perros pequeños suelen considerarse geriátricos desde los
10 años, los medianos desde los 8 y los grandes desde los 7. A partir de estas edades,
comienzan a aparecer cambios físicos y de comportamiento que requieren atención.
“Es común que los tutores piensen que la lentitud o el desinterés en el juego es algo
normal, pero muchas veces se trata de señales de dolor o de problemas de salud que
pueden tratarse. Los perros mayores no deben sufrir en silencio”, explicó el Dr. Juan
Pablo Villegas, especialista en traumatología, ortopedia y neurocirugía.
Entre los signos más frecuentes de envejecimiento se encuentran la disminución de
energía, sueño prolongado, dificultades para levantarse, cambios en el apetito,
incontinencia, confusión o falta de respuesta a estímulos. Estas manifestaciones no
deben ignorarse ni asumirse como “cosas de la edad”.
El valor de la medicina preventiva
Aunque no parezcan enfermos, los perros mayores deben visitar al veterinario al menos
dos veces al año. Muchas condiciones propias de la edad pueden avanzar de forma
silenciosa y solo detectarse mediante exámenes médicos. Además, es vital aprender a
identificar si hay dolor, ya que los perros no suelen quejarse: pueden evitar ciertas
actividades, caminar diferente o mostrar cambios de conducta.
Asimismo, diferenciar entre problemas articulares y neurológicos es importante, mientras
que los primeros se manifiestan con rigidez o cojera, los segundos implican falta de
coordinación, caídas o desorientación. Ante cualquier duda, la consulta médica es clave.
Cuidados diarios con amor
Un perro geriátrico necesita más que atención veterinaria, requiere un entorno adaptado
y una rutina amorosa. Esto incluye ejercicio moderado, estimulación mental, camas
ortopédicas, superficies seguras, alimentación adecuada y, sobre todo, paciencia y
cariño.
Contrario a lo que se cree, los perros mayores sí pueden operarse si su estado general
es estable. La edad no es una limitante; lo determinante es la salud del corazón, los
pulmones, los riñones y otros órganos vitales. Muchas veces, una cirugía puede
representar una mejora significativa en su calidad de vida.
La nutrición, un pilar fundamental
Una alimentación especialmente formulada para perros mayores contribuye a mantener
su peso ideal, proteger sus órganos y mejorar su vitalidad. Estas dietas suelen tener
menos calorías, más fibra, y estar enriquecidas con ingredientes como glucosamina,
omega 3 y antioxidantes.
“Desde mi experiencia profesional, he podido ver el impacto positivo que tiene una
buena alimentación en la vida de los perros geriátricos. Productos como los de Nestlé
Purina, diseñados con respaldo científico y pensados para las necesidades específicas
de esta etapa, son herramientas valiosas que nos permiten ofrecerles más vitalidad,
mejor movilidad y una mayor calidad de vida”, dijo el Dr. Villegas.
Nestlé Purina reafirma su compromiso con el cuidado de los perros en todas las etapas
de su vida, especialmente en aquellas donde requieren más atención. Como líder en
nutrición animal, desarrolla soluciones respaldadas científicamente que contribuyen a su
salud y calidad de vida. “Creemos que cada etapa merece ser vivida con bienestar y
amor. Por eso, formulamos alimentos diseñados para apoyar las necesidades de los
perritos mayores. Acompañarlos con buena nutrición, cariño y atención médica es la
mejor forma de agradecerles tantos años de lealtad. ¡Ellos aún tienen mucho por vivir al
lado de sus familias!”, expresó Patricio Astolfi, directos general de Nestlé Guatemala.
Los tutores de perros mayores pueden marcar una gran diferencia en su bienestar con
acciones simples pero constantes: programar chequeos médicos periódicos, ofrecerles
una dieta adecuada a su edad, adaptar el entorno con accesos seguros y camas
cómodas, incorporar ejercicios suaves y juegos mentales a su rutina, estar atentos a
cualquier cambio de comportamiento y, sobre todo, brindarles cada día amor,
comprensión y mucha paciencia.






